viernes, mayo 11, 2007

la siesta...

Abro los ojos y todo cambia. La luz es tan intensa que necesito volver a cerrarlos. Parpadeo rápidamente, entreveindo sombras que no logro enfocar. Me cubro el rostro con las manos. Durante unos instantes observo como la luz intenta pasar entre mis dedos, volviéndolos de un intenso color rojizo. No hay ruido, el silencio es ensordecedor. Giro la cabeza. Con esfuerzo entreabro los dedos y poco a poco voy apartando las manos de mis ojos. Tu pelo descansa sobre la arena. Estás dormida. Soñando con no soñar.

[microrelato 2007·03·03]

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